Poemas De Amor Quevedo

Poemas de amor de Quevedo para inspirarte

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1.- Tú me quieres blanca
tú me quieres de espuma,
tú me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca.
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
paseaste tu ocaso.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(diosa implume,
me pretendes casta).
Tú que el diablo hubieras
desentrañado
en mis líquidos órganos
y en mi médula oculto,
acodado en mi falda.

2.- Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera.
Mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria abandonada,
en donde de mi alegre vida usada
fuisteis, navío alegre, en la carrera.
Cuando digan: ¿quién pasa?, aquesta sombra
dirán: del río de que a la ribera
vio, del su amado Guillén la blanca copia.
No quiero acordarme; mas si codicia
fuese razón tan sólo de manera,
en fuerza de verdad despertara.

3.- A su retrato
Este, que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido,
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada

4.- Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera.
Mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria abandonada,
en donde de mi alegre vida usada
fuisteis, navío alegre, en la carrera.
Cuando digan: ¿quién pasa?, aquesta sombra
dirán: del río de que a la ribera
vio, del su amado Guillén la blanca copia.
No quiero acordarme; mas si codicia
fuese razón tan sólo de manera,
en fuerza de verdad despertara.

5.- A su retrato
Este, que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido,
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada

6.- Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera.
Mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria abandonada,
en donde de mi alegre vida usada
fuisteis, navío alegre, en la carrera.
Cuando digan: ¿quién pasa?, aquesta sombra
dirán: del río de que a la ribera
vio, del su amado Guillén la blanca copia.
No quiero acordarme; mas si codicia
fuese razón tan sólo de manera,
en fuerza de verdad despertara.

7.- A su retrato
Este, que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido,
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada

8.- Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera.
Mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria abandonada,
en donde de mi alegre vida usada
fuisteis, navío alegre, en

Poemas de amor de Quevedo: Versos apasionados que harán latir tu corazón

Poemas de amor de Quevedo:
En un beso sabrás todo lo que he callado,
en un abrazo sentirás el latir de mi corazón,
y en mis ojos verás reflejado mi amor eterno.

Tu mirada es el faro que guía mis pasos,
tus labios son la melodía que acaricia mis oídos,
y tu voz es el susurro que enciende mi ser.

Cada palabra tuya se convierte en poesía,
cada caricia en un verso lleno de ternura,
y cada momento junto a ti en una eternidad de amor.

Eres la razón de mis versos más profundos,
la musa que inspira mis más bellos pensamientos,
y la dueña de mi corazón enamorado.

Tus manos son la pluma que dibuja mi destino,
tus suspiros son el viento que me hace volar,
y tu amor es la fuerza que me impulsa a seguir adelante.

No hay poeta que pueda describir tu belleza,
ni palabras suficientes para expresar mi amor por ti,
pero en cada verso intento plasmar lo que siento en lo más profundo de mí.

Estos poemas de amor de Quevedo son solo una muestra del infinito mar de emociones que el amor despierta en nuestras almas. Atrévete a compartirlos con esa persona especial y llena de magia que hace latir tu corazón.

Preguntas Frecuentes

¿Cuáles son los temas más recurrentes en los poemas de amor de Quevedo?

Los temas más recurrentes en los poemas de amor de Quevedo son el amor apasionado, la belleza idealizada de la amada, la melancolía y el sufrimiento por amar, y la fugacidad del tiempo y la vida.

¿Qué características estilísticas distinguen los poemas de amor de Quevedo?

Los poemas de amor de Quevedo se caracterizan por su estilo barroco, que se destaca por su complejidad y riqueza en la forma y el lenguaje. Sus poemas están llenos de metáforas y juegos de palabras, utilizando un vocabulario refinado y elegante. Además, Quevedo emplea la ironía y el sarcasmo para expresar sus sentimientos, creando un contraste entre el amor idealizado y la realidad más cruda. En sus poemas, también se puede apreciar una fuerte influencia del conceptismo, recurriendo a la brevedad y la agudeza ingeniosa en la manera de expresarse.

¿Qué emociones y sentimientos transmite Quevedo en sus poemas de amor?

En sus poemas de amor, Quevedo transmite una amplia gama de emociones y sentimientos. Destacan la pasión, el deseo, la frustración, el sufrimiento y la melancolía. Sus versos reflejan la intensidad y la complejidad de las relaciones amorosas, explorando tanto la belleza y la euforia del amor correspondido, como el dolor y la amargura de los desengaños y las traiciones. Su poesía está impregnada de un profundo sentido de la efímera naturaleza de los sentimientos y la fragilidad de las relaciones humanas. A través de su uso magistral del lenguaje y las metáforas, Quevedo logra transmitir la intensidad emocional y las contradicciones inherentes al amor, despertando en el lector una profunda reflexión sobre el poder y la complejidad de este sentimiento.

En conclusión, los poemas de amor de Quevedo son una verdadera joya literaria que nos transporta a un mundo lleno de pasión, deseo y romanticismo. Sus versos cuidadosamente elaborados despiertan emociones profundas en el lector y nos invitan a explorar los sentimientos más profundos del corazón.

La riqueza y la intensidad de sus palabras nos envuelven en un torbellino de emociones, haciéndonos sentir vivos y conectados con nuestras propias vivencias amorosas. Cada verso es una ventana al alma, donde el autor se desnuda y comparte sus más íntimos pensamientos y anhelos.

La habilidad de Quevedo para expresar los altibajos del amor es realmente admirable. Desde la dulzura y la ternura hasta el dolor y la melancolía, sus poemas nos muestran todas las facetas de esta poderosa emoción. Sus palabras son un bálsamo para el alma herida y un refugio para el corazón enamorado.

Es innegable que la poesía de Quevedo trasciende el tiempo y las barreras culturales. Su legado sigue vivo y continúa inspirando a generaciones venideras a través de sus versos atemporales. Sus palabras nos recuerdan la importancia de amar y ser amados, y nos enseñan que el amor, a pesar de su complejidad, es uno de los mayores tesoros de la vida.

En resumen, los poemas de amor de Quevedo son verdaderas obras maestras que merecen ser celebradas y compartidas. Su belleza y profundidad nos mueven y conmueven, recordándonos que el amor es un sentimiento universal que trasciende el tiempo y las fronteras. Por tanto, no debemos olvidar nunca la importancia de expresar nuestros sentimientos y dejar que el amor inunde nuestras vidas.